Orar por otros
Me uno al Espíritu al orar por otros. Cuando oro sé que soy uno con lo Divino. En esta unidad, me siento vinculado con mi familiares, amigos, con mi comunidad y con todas las personas. Cuando oro por otra persona—quizás alguien con una preocupación de salud, enfrentando una situación financiera o tratando con un problema familiar—me vuelvo receptivo al Espíritu y al vínculo que compartimos. Quizás ore por salud, prosperidad o paz. Sin embargo, mi oración por cualquier persona es en realidad una oración por el mundo. Afianza el vínculo divino que todos compartimos. Cuando oro tengo fe en que mis oraciones son contestadas. Agradecidamente, sé que todo está bien. Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.—Mateo 21:22 ..